Después de unos meses de preparativos por fin ves que se acerca el gran día. Pones muchas expectativas en el día de tu boda, por eso es muy normal que semanas antes se empiece a sentir ansiedad y estrés. Pero estos síntomas no solo lo sufren las novias, los novios también lo hacen. Por eso hoy queremos centrarnos en ellos, para ayudarles a detectar la fuente de su estrés y explicarles cómo combatirlo.
- Presión por tener una boda perfecta. Después de pasar meses buscando el lugar ideal para la boda, decidiendo la música que sonará en cada momento, el menú que se comerá ese día, quién será tu fotógrafo, y un largo etcétera, es normal que sientas angustia al pensar si habrás acertado con tus decisiones, si tus invitados disfrutarán de la boda y si los proveedores que has elegido estarán a la altura. Nuestra recomendación es que te relajes e intentes disfrutar de los días previos a la boda. Contratar a una Wedding Planner para que se encargue de coordinar el día de tu boda es una gran manera de aliviar el estrés, pues sabes que habrá una persona que se encargará de que todo funcione como un reloj y de que tengas la boda que quieres.
- Detalles de última hora. Hay parejas que deciden tener una boda hecho por ellos mismos, y encargarse personalmente de hacer múltiples detalles, tanto para los invitados como para la decoración. Si ese es tu caso pónganse una fecha límite para terminar todos los proyectos. Entre 3 semanas y un mes antes de la boda ya tendrás que tenerlo todo listo, y aprovechar ese tiempo para desconectar de la boda y disfrutar de sus últimas semanas de solteros. Dejar las cosas para el final es siempre una mala idea, por eso si ves que algo no lo terminarás a tiempo es mejor que prescindas de ello, o que pidas ayuda. Seguro que tus amigos más cercanos y tu familia estarán encantados de echarles una mano, o dos.
- Angustia ante la nueva situación. Muchas veces el estrés no lo provoca la boda en sí, sino lo que ella significa: empezar una nueva vida junto a tu pareja con el propósito de formar una familia. La angustia ante lo desconocido es perfectamente normal, y más cuando pasas de ser soltero a convertirte en un señor casado, con todas las responsabilidades que ello conlleva. Nuestro consejo es que no te asustes, no te fijes solo en aquello que tengas temor, sino en todas las cosas buenas que te va a aportar la vida de casado.
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